Las Oportunidades No Se Dan, Se Pelean
Por Marcos Beras
Vivimos en una era marcada por la inmediatez, donde la cultura de "todo para ya" parece ser la norma. Esto no solo afecta la manera en que vivimos, sino también cómo vemos nuestras metas y ambiciones. En República Dominicana, esta mentalidad ha permeado a sectores clave de nuestra sociedad, especialmente entre los jóvenes que aspiran a ocupar puestos de dirección, ya sea en la política, el gobierno o la economía.
Pero hay un problema: muchos quieren llegar sin pasar por el proceso necesario de formación y aprendizaje. Quieren dirigir, legislar y tomar decisiones importantes sin haber desarrollado las habilidades, los conocimientos ni la experiencia que esos roles exigen. Es una mentalidad que no solo es dañina para el desarrollo personal, sino también para el progreso del país.
Estamos viendo cómo algunos buscan imponer leyes y políticas que beneficien a sectores específicos, priorizando privilegios en lugar de méritos. Esto no construye una nación justa ni equitativa; más bien, perpetúa un sistema de desigualdades que frena el avance colectivo. El verdadero progreso no se logra a través del privilegio, sino del esfuerzo, la preparación y el compromiso de servir al bien común.
Es momento de recordar que las oportunidades no se dan, se pelean. Se ganan con sacrificio, dedicación y el deseo genuino de ser parte de la solución, no del problema. Los jóvenes que hoy aspiran a liderar deben entender que no basta con querer ocupar un cargo; es necesario estar preparados para asumir la responsabilidad que conlleva.
El camino hacia el éxito no es instantáneo. Se requiere tiempo, aprendizaje, y, sobre todo, el carácter necesario para enfrentar los desafíos que surgen en el camino. En un país como República Dominicana, donde las desigualdades son profundas, es vital que quienes aspiren a liderar lo hagan desde la ética, el conocimiento y la verdadera vocación de servicio.
Nuestra generación tiene el potencial de cambiar la narrativa. Debemos alejarnos de la búsqueda de privilegios y abrazar el esfuerzo como motor de nuestras aspiraciones. Construir un futuro mejor para nuestro país requiere liderazgos sólidos, formados y comprometidos con las necesidades reales de nuestra gente, no con intereses personales o de pequeños grupos.
Hoy más que nunca, invito a los jóvenes a invertir en su formación, a pasar por los procesos que transforman y a demostrar que están listos para liderar, no por lo que se les ha dado, sino por lo que han trabajado para conseguir. Las oportunidades no se regalan; se pelean y se ganan con mérito y esfuerzo. Solo así construiremos una República Dominicana más justa, próspera y equitativa para todos.
Marcos Beras
Especialista en Estrategias Digitales y Emprendimiento
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