El mundo está cambiando, y con ello, las dinámicas del comercio internacional y la geopolítica. La reciente decisión del gobierno de Donald Trump de presionar para la salida de Nicaragua del DR-Cafta va más allá del comercio; es una estrategia que busca reforzar el cumplimiento de normativas democráticas, laborales y de Estado de derecho dentro del tratado. Esta medida envía un mensaje claro a los países miembros: las reglas del juego deben respetarse si quieren mantener su acceso al mercado estadounidense.
Para República Dominicana, esta situación representa tanto un reto como una oportunidad. Con acuerdos comerciales vigentes con más de 48 países y la ventaja de formar parte de un selecto grupo con tratados simultáneos con Estados Unidos y la Unión Europea, el país puede reforzar su posicionamiento como socio comercial confiable en la región. Si bien el comercio directo con Nicaragua es mínimo, este movimiento destaca la importancia de fortalecer la institucionalidad y la competitividad para seguir aprovechando los beneficios del DR-Cafta. En un contexto donde las reglas comerciales están más ligadas a la gobernanza que nunca, República Dominicana debe consolidar su compromiso con la estabilidad y la transparencia para atraer más inversiones y expandir su mercado en el nuevo orden global.

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